miércoles, 27 de abril de 2016

Al terminar un camino se empieza otro.

AL TERMINAR UN CAMINO SE EMPIEZA OTRO.

Han pasado centurias desde aquella lejana travesía en un mundo dentro de este mundo. No es difícil concebir que tales andanzas saldrían a la luz, al finalizar parte de este proyecto. Así es, público de todos y ninguno, han leído correctamente: Guardián Eterno llega a su fin. Han transcurrido muchas aventuras desde que este espacio se fundó, primero con el propósito de abarcar gustos y profundizarlos, hasta que de ahí en poco se decidió expandirse a otros horizontes, a otras veredas del conocimiento.



Cada creación realizada aquí, ha sido única, invaluable, y hecha con mucho cariño, por lo que a pesar de que muchos desconocieran la razón de tal o cual publicación en momentos inesperados, cada una de esas fases me ha permitido enfrentar duras pruebas, corregir métodos, y asimilar detalles de mí mismo. Puedo decir, con alegría, que sigo siendo el mismo, pero que también, he cambiado en consecuencia, observando que aún existen muchos universos por conocer. “Al terminar un camino, se empieza otro”, ha sido la máxima que, quizá sin saberlo en un inicio, ha regido mi vida, y ahora lo noto más que nunca.


Aquellos que han seguido mis locuras, los que han atestiguado mi forma de pensar, y han apreciado tanto mis contradicciones como mis virtudes, les agradezco humildemente su atención, con el único deseo de que mis creaciones hayan impactado en ustedes de manera significativa.



Vivimos en la era de las posibilidades, muchos atardeceres están por venir, al igual que horribles tormentas se asoman en estos tiempos. La existencia está cambiando, al igual que todos nosotros. Se aproximan decisiones difíciles, y momentos sombríos asolan mi vida, pero incluso en medio del silencio, aunque la tristeza más aguda me abrume y el dolor mueva mis acciones, soy capaz de comprender, sonriente, que nuevos umbrales se abren ante mí.


Ahora mismo debo poner orden a muchas cosas en mi vida, y crear en consecuencia, por lo que aunque esto culmine, volverá a saberse más de mí. Esto no es un adiós, sólo un hasta pronto. La perdurable exploración de uno mismo ha dado sus frutos, y grandes historias se avecinan…grandes en verdad.





Hasta que nuestros caminos se crucen. Ha sido un enorme placer. Como siempre, yo soy Maximilian de Zalce, el Guardián Eterno, y agradezco su debida atención.


Ninguna de las imágenes aquí mostradas me pertenece en ningún sentido.
Su utilización, y obvia edición, es con el único objetivo de enseñar.
Todo es propiedad de los auténticos y respectivos creadores.
Sin más que afirmar, agradezco su amable atención. 

Momentos.


Cuando me veo a mí mismo como ese afortunado en presencia viva de un pasado glorioso, no puedo evitar debatirme acerca de qué tienen en común tantos momentos de increíble alegría. Momentos que, claro está, me acompañan hasta la fecha, hasta nuestros tiempos donde vivimos una época de sorprendentes cambios e insólitas hazañas. La existencia se mueve, porque vivimos en la era de las posibilidades, por lo que no es imposible dejar salir unas cuantas risotadas y exclamaciones al viento, sobre tantas aventuras de la infancia, que poco a poco toman forma en nuestro entender. Los sueños, aunque es algo natural, pueden olvidarse, debido a lo que nos rodea, o somos distraídos por otros aspectos de la vida. Por eso hoy, aquí y ahora, insto a todo valiente ser a reconocer a su niño interior, y rememorar viejas andanzas, como también la emoción que sentíamos al ver una fortaleza fabricada con almohadones tomados sin permiso, pedazos de tela que fungían como capaz voladoras, varas polvorientas que hacían las veces de espadas o sables, inclusive miradas, roses, saltos, golpes, gritos, risas, que se volvían dragones de malvavisco, fantasmas de duendes trastornados, príncipes que vestían de doncellas, doncellas que vestían a su vez de príncipes, reyes histéricos por el primer parto de su reina, canoas embrujadas, y calcetines encantados, niños y niñas que se volvían los dioses, héroes, brujos y demonios de sus propias historias. He aquí, la hermosura de la imaginación.
Ya lo he repetido muchísimas veces, y espero con todo el corazón que no les extrañe al hacerlo una vez más, pero es que las caricaturas, en mi vida, fueron el origen de tantos momentos felices, tantas tardes de juego y risa, que hasta el día de hoy, escondido en una habitación obscura y solitaria, con un semblante perdido, tranquilo, un tanto desilusionado, me doy mis buenas escapadas, a toda honra, sobre aquellos mundos imposibles, reviviendo la magia de la vida. Eso es, lo que tienen en común tantos momentos: no la juventud, no el contexto…sino el amor a la vida, y es algo tan sublime que dichos acontecimientos sigan repitiéndose con inesperadas sorpresas que crea el mundo. Aquí, pasado, presente y futuro se entremezclan, dando realidad a las maravillas del interior, la auténtica esperanza que tanto necesita el mundo en nuestros tiempos. Ha pasado muchísimo desde aquellas primeras impresiones, desde aquellas locuras imaginadas por ratos de diversión.


A partir de ahí, se me abrieron las puertas a un mundo infinito de posibilidades, y todo construido a partir de esos primeros momentos, los primeros sentires al observar las aventuras de mis antiguos héroes, tales como la llegada de los Saiyajins al mundo por parte de Dragon Ball Z, los emocionantes combates sostenidos en el torneo de ciudad batallas de Yu-gi-oh, el surgimiento de la luz obscura en Yu-gi-oh GX, y los finales de estas dos últimas.



Igualmente no podríamos olvidar la valentía de un Zatchbell en un combate donde expulsó el poder de su cuarto conjuro, el Bao Zakeruga, o tal vez recordar con mayor atención a un Kinníkuman, en las vigésimas primeras olimpiadas de los superhéroes, donde puso en práctica su movimiento especial, la atronadora Kinníku, contra el luchador soviético Warsman.


Si, han sido momentos fabulosos, momentos que siempre mantendré en mi corazón, instantes que siempre al escucharlos despiertan en mí, una sensación de mágico bien estar, y me devuelven la esperanza de seguir viviendo, de seguir creando. A lo largo de mi vida, también me he puesto manos a la obra, y he tenido mis propias creaciones, en ratos de pura inventiva, donde no existían límites entre lo erróneo y lo correcto, entre el bien y el mal, entre lo milagroso y lo terrorífico, permitiéndome las experiencias más dulces, entremezclando mundos, haciendo nacer otros. Han sido días memorables.



Pero también me es grato decir que, inclusive hoy en día, vuelven a mí esas sensaciones inocentes de forma inesperada, ante las nuevas creaciones que da el mundo. ¿Un adulto como yo, viendo caricaturas, suena tan raro? Quizá si, aunque no es que me importe. Pero me sigue siendo placentero el saberme aún capaz de esa primera sensibilidad, incluso en estos tiempos sombríos. ¿Nuevas aventuras de Dragon Ball Z?, ¿Ponies luchando de manera explosiva?, ¿Candace Flynn y Heinz Doofenshmirtz en un dueto argumental? Son cosas que a uno le despiertan el ánimo.



Caricaturas de la nueva era han surgido, y todas ellas, aunque con detalles poco pulidos, y momentos de mucha sátira, han logrado denotar un gran encanto, y captar la atención de muchos amantes de estas aventuras. Dragon Ball tiene una historia larguísima, y cuando por fin regresó a nosotros, quizá no fue lo esperado, pero sin lugar a dudas se fue aprendiendo de los errores, y poco a poco nos demostraron que la magia resplandeciente de ese universo aún podía fascinar, de la mejor forma posible: esta reconciliación con el pasado, con esta sensación de asombro. Nunca mejor dicho, este amor por la vida.
¿Quién hubiera esperado esta expansión por varios horizontes? En una esquina tenemos Dragon Ball Multiverse, un manga dedicado al enfrentamiento de realidades alternas con los propios personajes de la saga; en la otra, está Goku vs Los Doce Dioses de la Destrucción, una saga creada por fanáticos de la serie, en la que Goku enfrenta un auténtico despertar de dioses; y en la última, Dragon Ball Super, con la más reciente emoción de ver a nuestro personaje favorito, retomar las técnicas de antaño, en conjunto con las nuevas, ¿quién se lo esperaría?, ¿qué estaba sucediendo?, ¿todo el mundo se está volviendo loco?, ¡No! Porque aunque las tres mencionadas no pertenezcan al mismo contexto cronológico, si representa, como dije antes, esta continua afirmación de una esperanza, de un significado, de la primera sensación provocada por estos mundos imposibles.





¿Y qué me dicen de Phineas y Ferb?, ¿Adolescentes en búsqueda de la universidad?, ¿último día del verano?, ¿retorno a la segunda dimensión?, otro gran llamado que merece nuestra completa atención. Y pareciera ayer que apenas montaban la primera montaña rusa, ¿quién dijo que las caricaturas no crecen rápido?



Ya ni qué decir de las valientes ponies de Equestria, quienes han demostrado que los colores brillantes no es señal de estar indefensas ante grandes enemigos, como también nos inculcan el no subestimar el poder del perdón, la responsabilidad, el amor, y sobre todo, la amistad.


Vivimos una gran era, y los caminos hacia la felicidad, la plenitud, el equilibrio, ¿quién soy yo, para encerrar tanto significado en fútiles palabrejas?, se dividen por veredas inesperadas, casi imperceptibles, pero existentes, y sobre todo, inolvidables. Todos crecemos a un ritmo atronador, por lo que no es sorprendente despertarte un día, mirarte al espejo, y ver a un adulto de veintitantos años, con preocupaciones, conflictos y anhelos proporcionales a esa edad.


Es cierto que mi presente no me ha “presentado”, las mejores opciones, ¡o mejor dicho!, yo no he querido reaccionar de la mejor manera, siendo que sería tonto culpar a algo más allá de mí, ya que sólo yo mismo conduzco mi destino, el siguiente paso. Sólo yo soy responsable de la perspectiva que tengo del mundo, y por ello mismo, aunque pueda sonar absurdo, me gusta sonreír en estos tiempos, me gusta contemplar los amaneceres, me gusta dormir a la espera del siguiente día, me gusta respirar en la soledad de mi habitación, y me gusta sentirme un triunfador, al reconocer todo lo que he hecho. Sé que el mundo no cambia brutalmente por una historia, una canción, una danza, unas palabras, ni siquiera por una mirada, pero sé que tales experiencias, tanto las del caos como las de la plenitud, me conforman, me transforman, y eso es suficiente para mí. ¿Quieren que les comparta uno de mis tantos alocados sueños? Poder provocar, lo que provoco en mí, con tantas creaciones, a alguien más, para que, de ser posible, se vea a sí mismo, y se transforme en lo mejor de sí…lo sé, es muy loco, pero tengo esperanza de poder lograrlo. Sonrío a mis héroes del ayer, con una reverencia tenue, digna de ellos, porque ahora, yo me dedico a crear a mis propios héroes…a mis propios guardianes.



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Un ensayo.

La eterna transformación humana.
Susurros redentores sobre la existencialidad y la contradicción.


Vivimos en la era de las posibilidades.


¿Es el amor un llamado a la vida?, ¿son las elecciones una manifestación del caos primordial?, ¿es la existencia una escenificación donde persiste en un solo actante la realidad protagónica y la antagónica?, ¿es la imaginación humana un camino importante para la superación de todo límite, hasta alcanzar la divinización? Las preguntas, como el fruto prohibido que nos alejó de una quieta inmortalidad, nos arrojan sin retorno a las profundidades más claras de nuestro ser. Me he sorprendido a mí mismo, en reiteradas ocasiones, la facilidad con la que vislumbro el universo sobre la palma de mi mano, y cómo tal realidad se extiende por caminos infinitos. ¿A dónde nos llevan esas posibilidades?, ¿qué mundos somos capaces de escuchar, de oler, de sentir, a través del caos y el equilibrio?, ¿sería imposible romper las limitaciones que dividen la imaginación de la realidad? Lo dudo mucho, porque si me atreviera a ponerme en el papel de Dios, como el gran escritor, yo no dotaría a mis personajes de límites que no pudieran trascender.
Mi pensamiento es asaltado por una vorágine de incógnitas, y en medio de tal griterío, me dejo concebir un azar latente, pero sin abandonar la creencia de la nula casualidad. ¿Qué es un artista?, ¿qué implica serlo?, ¿cuál es su propósito?, ¿qué consecuencias trae su sola creación? Responder esas dudas sería tanto como responder otras: ¿qué es ser héroe?, ¿qué es ser asesino?, ¿qué es ser virtuoso?, ¿qué es ser pecador? Tantos dilemas distintos, sin ser concluyentes, todos bajo la sola perspectiva de una gran verdad: todo está cambiando.
Yacemos en una época de extraordinarios sucesos para el espíritu humano, siendo mudos testigos de cómo viejos balances se destruyen, y nuevas formas emergen de sus cenizas. Las manifestaciones inequívocas del poder supremo, la conciencia prima que rodea a todos los seres vivientes de todos los mundos concebidos por la imperceptible y subestimada habilidad de la imaginación, nos hace cuestionarnos, hoy más que nunca, ¿cómo se llama aquello que ha sido llamado a lo largo de la humanidad, por mucho nombres? A lo largo de nuestra historia nos hemos cuestionado la existencia de un algo más prodigioso, un elemento sintiente más allá de toda lógica o raciocinio, una energía penetrante que dio lugar a todas las cosas. Como tal, alocada, poderosa, viva, aquello se ha manifestado en diversos rincones del cosmos, por lo que ha sido interpretado en muchas maneras por diversos seres, siendo bautizada por muchísimos nombres. Debe ser indudable nuestra unión con lo divino, con aquello, siempre y cuando pase antes por una decisión consciente, sin apresurar, cabe decirlo, los múltiples procesos que eso conlleve. ¿Qué intento decir con todo esto?, ¿disparates?, quizá, en mí no sería algo nuevo, pero trato de expresarlo con la mayor importancia, porque es necesario hacerlo. Las posibilidades existen, son reales, viven, si uno decide ello. ¿Yo lo he decidido? Eso es aún más complicado.
A un nivel exclusivamente literario, jugar con las posibilidades y su realidad, me permite un proceso creador más libre, más disfrutable, y con resultados sorprendentes. Pero a un nivel vivencial… ¿qué tan peligroso sería el concebir mundos más allá de nuestro entendimiento?, ¿y qué peligros conllevaría el no hacerlo?, ¿qué responsabilidad recae sobre mí, como creador de historias, como escritor, el mantener en el filo de la navaja tales interrogantes?, ¿en qué me convertiría?, ¿en un joven de fe?, ¿en un mentiroso?, ¿un delirante?, ¿un idealista?, y en un caso hipotético, ¿el aceptar tales ideales, no sería un llamado masivo hacia todos esos mundos imposibles?, ¿qué me atemoriza?, ¿la realidad…?, ¿o la irrealidad? Muy interesante, ¡en demasía!, más cuando sientes que ya has tomado dicha decisión desde hace mucho tiempo.
¿Qué implica esta gran era de las posibilidades?, ¿qué significa el adentrarse a ella? Algo muy simple: incansable búsqueda de los auténticos límites. La constante evolución ideológica de todo ser viviente lo lleva a superar lo imaginable y lo inimaginable, conociendo lo milagroso como lo aterrador del existir. Honremos el pasado, y comprendamos muy bien que éste jamás nos abandona mientras tengamos una noción de ello en nosotros mismos, pero el ensayo general ha concluido, los libretos se guardan, el gran telón se abre, y llega la hora de actuar.
Un nuevo camino apenas comienza, y donde varios héroes y elegidos nos indicaron el camino al umbral más próximo, nos toca decidir a las generaciones futuras si cruzarlo o no. Sé que estas radicales palabras son dignas de un predicador obsesivo y cerrado, por lo que quiero afirmar que estas palabrerías, dichas de la manera más inocente, no son nada novedosas, debido a que la existencia siempre ha permanecido en constante cambio, sólo que una vez más, todos juntos, atravesamos hacia una nueva época, quizá una de las más duras de todos los tiempos.
Donde exista un dios, existirá un demonio; donde exista un héroe, existirá un villano; dónde exista un artista, existirá un títere; donde exista un protector, existirá un destructor. Al filo de la propia humanidad, se topará uno con una locura hipnotizante, donde incluso en los ojos de la monstruosidad, verás reflejada tu más sincera sonrisa.
“Desde su nacimiento la figura del héroe ofrece la imagen de un nudo en el que se atan fuerzas contrarias. Su esencia es el conflicto entre dos mundos”, certeras palabras del poeta Octavio Paz, pero debo añadir, en tono de pregunta, ¿sólo un par de mundos?, ¿acaso no hice hincapié en esta infinidad imaginativa y creadora?, en este afán de locura, capaz de generar el beso más tierno o el genocidio más trágico, el ser humano es capaz de fragmentar la realidad en posibilidades, ¡de todo tipo!, siendo digno homenaje a su interior en diferentes niveles. El placer y el dolor arden en nuestra alma, por lo que nos es sencillo concebir no sólo una dualidad, no sólo una totalidad, ni siquiera una sola universalidad, sino toda una existencialidad, que muchas veces, tanto en un hacer cotidiano como heroico, cae en una enorme contradicción, la eterna batalla de nuestra mente.
Siendo enemigos tan acérrimos, y a la vez, tan parecidos, estos contrincantes milenarios dentro de la psique origen de la humanidad, uno se pregunta, ¿qué resultará de esta gran batalla?, ¿existirá un ganador?, ¿qué se destruirá y qué permanecerá? Nadie lo sabe, sólo podemos hacer continuas suposiciones, y esperar una gran transformación, no sólo para toda la existencia, no sólo para toda la realidad, sino para nosotros mismos.
El arte, como creación, debe aspirar a una trascendencia más elevada, más allá del dominio de la técnica o la evocación de emociones. El arte con el propósito de inspirar el cambio, promover la reflexión, y transformar el interior del ser hacia su máximo potencial. Obviamente, hay que comprender las consecuencias de una libre interpretación, cuando se interioriza una obra bajo una postura únicamente personal. No estoy en contra, sépanlo desde este instante, en este peculiar proceso de interpretación, sólo que me es interesante cómo la habilidad interpretativa puede hacer la diferencia entre una cosa y otra, siendo que existen aspectos que deben estudiarse. Profundicemos en cómo la propia destrucción y violencia ha motivado a construir obras que han quedado para la posteridad, y es innegable ver en algunas un rayo de esperanza, que aspira hacia algo superior, pero existen otros casos en los cuales, obras que tenían la mejor intención, o por lo menos, estaban más encaminadas en temáticas filosóficas, fueron interpretadas de tal forma, que provocaron muerte, masacre, incluso genocidio. Ejemplos de esta última parte no me faltan, ¿pero cuál sería el caso de nombrarlos?, estoy segurísimo que muchos conocen ejemplos específicos de tal problemática, por lo que cabe decir, a la luz de tal evidencia, la importancia y responsabilidad que supone la fabricación de un mensaje, aunado a la creación de una obra artística.
La contradicción ha permanecido en la vida humana desde sus orígenes, adoptando diversas apariencias en los diferentes aspectos de su continuidad, y puedo decir inequívocamente que, aunque pueda existir un propósito constructivo al vislumbrar tal enfrentamiento interior, siempre debe existir un momento decisivo, un instante climático donde uno se detiene, y dirige su rumbo visualizando un cruce. Creo en lo que hago y decido construir a partir de ello… ¿con que propósito?, el de decir que nuestra existencia se transforma, ¿hacia dónde?, sólo uno lo sabe. Con un interior tan extenso e infinito, ¿qué posibilidades despiertan? Sigamos cambiando. Sigamos viviendo.

Harry Potter.

Y  EL  DESCUBRIMIENTO
DEL  SER.

He tenido el mágico placer de apreciar en pocas noches las maravillas construidas en años que volaron ante mis ojos, por lo que gracias a la brevedad aconsejada de un reconocido guía, citaré algunas de sus sabias palabras antes de iniciar mi acostumbrada verborrea, y éstas son: ¡Papanatas! ¡Llorones! ¡Baratijas! ¡Pellizco! Ahí donde comenzó, así comenzaré.
Los saludo nuevamente, nebuloso pero encantador público de todos y ninguno, en una satisfactoria cruzada por una de las sagas clásicas más reconocidas de todos los tiempos. Debo decir sin presunción, que esta aventura, y las investigaciones pertinentes a ella, han sido más extenuantes que en ocasiones anteriores, siendo que además de una grata experiencia cinematográfica, existía una riqueza literaria única, y el desentrañar cada elemento no era cosa de un día para otro.
Si algo me ha quedado claro en tantos ratos de lectura y apreciación, es que el propio universo de Harry Potter, es extenso, ¡demasiado extenso!, y no tanto por su prolongado material, sino por los detalles en su contenido, denotando una sensibilidad única al describir escenarios y situaciones dentro de la trama, y cómo estos son bien llevados a lo largo de la misma. Puedo decir que tuve una maravillosa experiencia al leer los libros que aunque ya los había leído antaño, no existe comparación cuando se tienen los conocimientos precisos para analizar una obra, y vaya que se me abrieron muchísimas puertas para comprender de qué se trataba este asunto, pero decidiré irme por partes. No es una sorpresa que la argumentación de los gustos esenciales y la exploración de horizontes ha sido un tema recurrente en mis escritos de un tiempo a acá, refiriéndome que aunque sean aspectos un tanto distintos, van estrechamente ligados, teniendo en cuenta la implicación del arte en una obra de esta índole. No en todo lo que nos gusta podemos reconocer algo artístico como no en todo lo que reconocemos algo artístico llega a gustarnos, y esa es una gran realidad, pero evidentemente conforme vamos conociendo más cosas nuestros gustos igual se ven desarrollados, no sólo por el criterio, sino por la sensibilidad y la identificación expresiva de una obra. Obviamente es un punto bastante debatible, si lo digo yo mismo, porque aún me quedan varios trayectos por recorrer, y debo agregar, que muy poco tiempo para recorrerlos, pero ahora estoy aquí, no sólo para compartir impresiones, sino para afirmar el descubrimiento del ser en esta historia.
Los trabajos realizados por Joanne Kathleen Rowling, desde esta inolvidable saga, expandida por obras como “Los cuentos de Beedle el Bardo”, “Animales fantásticos y dónde encontrarlos”, de Newt Scamander y “Quidditch a través de los tiempos”, de Kennilworthy Whisp, han transmitido profundidad a los lectores de generación en generación, que hasta hoy en día, no es raro encontrarse con un par de niños agitando varas de roble el uno contra el otro, mientras profieren conjuros al viento. Muchas personas, de edades diversas, han sido tocados por la historia del singular y joven hechicero, que sin planearlo su nombre pasó a la historia, aunque para mí, que le he encontrado el gusto a todo este universo, no me parece en nada curioso que varios individuos se hayan visto impactados por los personajes y sus enseñanzas, ya que me permito recordar en toda ocasión: la ayuda, siempre será brindada en Hogwarts, a los que se la merecen.
Es una obviedad decir, quizá, a estas alturas, que las películas discrepan con los libros en varios detalles cruciales, sin embargo, eso no demerita el gran trabajo que se ha hecho durante tantos años, siendo que muchas cosas que no me gustaron tanto de los libros, me gustaron más en las películas, y viceversa. A cada segundo, las historias nos envolvían con este dejo del héroe clásico, el conflicto interior inherente en todo ser, y cómo a poco este alcanzaba la anhelada transformación, el equilibrio, la visión de mil mundos en una armonía interior. Pero claro, me estoy adelantando bastante, y aunque si son muchas cosas que decir, trataré de ir poco a poco.

HARRY POTTER
 Y LA PIEDRA FILOSOFAL.


“El mundo mágico ha alcanzado la paz, ante la caída del señor tenebroso, dejando como última hazaña la fallida muerte de un bebé llamado Harry Potter, quien será llevado con sus tíos a un mundo alejado de la abrumadora verdad de sus habilidades. Los años pasan, y aquel pequeño creció hasta convertirse en un flacucho y asustadizo jovencito, que ha sido aceptado en el colegio Hogwarts de magia y hechicería, donde tendrá que lidiar con la revelación de sus auténticos orígenes, y el regreso de aquel que no debe ser nombrado”.

Nunca olvidaré la primera vez que visualicé a Albus Dumbledore en aquella noche de neblina en la calle Privet Drive, con desiluminador en mano y su andar humilde, cuya sola presencia dio sustancia a todo el contenido, dio propósito a la historia para que supieran los que presenciaban dicho momento, que nada era lo que parecía. Si recordamos al renombrado mitólogo, Joseph Campbell, veremos que la jornada del héroe, avanza de forma cíclica, del inicio prosigue a su eterno retorno, pero nunca de una forma lineal o esperada, sino que muchas veces de forma simbólica, y me atrevería decir, que incluso alegórica, refiriéndome a la figura del ser humano en general, como una de las expresiones del héroe arquetípico.
En los primeros instantes de la historia, conocemos el mundo cotidiano del héroe, en este caso, Harry Potter, introduciéndonos a personajes como sus parientes, los Dursley, conformados por la tía Petunia, el tío Vernon, y el pequeño y mimado Dudley, siendo un trío del peor tipo de Muggle que pueda haber, según la respetable opinión de la profesora McGonagall, opinión que se mantiene sin el menor cambio tanto en la película como en el libro.
Evidentemente existe una intención por parte de sus parientes por mantenerlo alejado de todo lo referente al mundo de las maravillas, totalmente contraria a la intención de Albus Dumbledore, de hacerle saber la verdad sólo cuando se esté listo para afrontarla, algo muy común en la jornada del héroe, y en toda aventura en realidad, cuando el personaje, protagónico, modelo o actante esté enfrentando un obstáculo: no siempre se tiene el conocimiento para poder avanzar. Sin embargo, eso también conlleva conocimiento, la noción de saberse incompleto, o mejor dicho, saber que aún no sabe lo suficiente.
Finalmente, Harry tiene su primer contacto con la divinidad, con la magia, representado en la llegada abrupta del medio gigante Hagrid, quien hace entrega de la carta que afirma la admisión del joven en el colegio de hechicería. Conforme a ello, y algunos acontecimientos menores, Potter estaría recibiendo su primer instrumento, la varita mágica.


Este momento no sólo nos muestra un punto crucial dentro de la propia trama, sino que nos enseña esta adquisición de los dones, “la varita elige al mago”, tanto como decir, la espada elije al guerrero, o la armadura al protector, entendiéndose esta simbiosis de cómo aspectos de la propia divinidad, de la magia, son traducidos en nuestros términos terrenales, despertando con mayor fuerza, nuestras capacidades escondidas. Se me hizo algo muy bello que resaltaran este punto. Vamos conociendo al resto de los personajes, unos compañeros de nuestro peculiar mago, como lo son Ron Weasley y Hermione Granger, al igual que algunos profesores como la ya antes citada profesora McGonagall, el profesor Quirrel, el director de la escuela Albus Dumbledore, y el reservado pero duro profesor Snape.


Cada uno posee una cierta influencia en el personaje central, mientras éste se lanza por diversos retos donde tendrá que elegir entre el camino sencillo y el camino correcto continuamente. ¿Qué es lo sencillo?, ¿qué es lo correcto?, ¿qué fuerza invisible determina el resultado de nuestras acciones?, ¿hasta qué punto encontramos válido una decisión?, ¿en qué momento uno puede redimirse, o condenarse? Preguntas astutas que salen de forma natural, cuando nos planteamos la interrogante de nuestro destino, y más en un mundo que no conocemos. Es muy claro decir que hasta este momento, las situaciones que enfrenta Harry, son, hasta cierto punto, de una manera simbólica en el entendimiento, iguales a las que enfrentamos nosotros todos los días. Los detalles como el deporte del Quidditch, el banco mágico de Gringotts, y la convivencia aparentemente armoniosa con creaturas de todo tipo, no son por pura casualidad, sino que, además de muchas otras razones, es la de hacer entender que el protagonista se adentra a otro mundo totalmente completo, un mundo distinto en cada aspecto que lo conforma, pero que asemeja las situaciones presentes en un mundo real, ya que no es un mundo, por así decirlo, exento de problemas.


Para hacerme entender, cosa que normalmente no hago, utilizaré con el debido respeto, un fragmento del ensayo de Gabriela Monteleone, titulado “Harry Potter, un clásico de la posmodernidad”, un escrito que es, desgraciadamente, o así lo intuyo, poco conocido, pero un pasaje del mismo me llamó mucho la atención, y sirvió para dar respuesta a varias de mis interrogantes. Y este es el siguiente:

“El trabajo del escritor de fantasía consiste en conducir al lector dispuesto —"modelo" enunciaría Eco— de lo mundano a lo mágico. Es una proeza de la que sólo las imaginaciones superiores son capaces, y Rowling posee dicho atributo.
Sin embargo, esto no significa que el lector encuentre en el universo mágico de Harry Potter un mundo edulcorado y lleno de coloridos duendecitos y hadas con alitas transparentes que sobrevuelan relatos totalmente ingenuos. Por el contrario, el mundo que plasma Rowling en sus historias se asemeja a los grandes relatos clásicos, en los que la crueldad y el horror tienen su lugar al lado de la belleza y el bien.
Por consiguiente, la construcción de un mundo paralelo al cotidiano, con reglas diferentes pero coherentes, es uno de los secretos del éxito de estos libros. En este sentido es, como ya explicamos un digno heredero de la literatura maravillosa. Sobre todo de Tolkien, Carroll, Ende y Dahl (ese escritor único que enseñó a varias generaciones los secretos de las brujas anglosajonas y comprendió como nadie las arenas movedizas del alma infantil).
Por otro lado, gran parte del interés que despiertan estos textos radica en el hecho de que, a medida que sus lectores crecen, también lo hacen Harry, Ron y Herminone. En una entrevista, J K. Rowling menciona que no le asusta hacer crecer a su personaje. "No hay cosa menos atractiva que la gente que no puede crecer", afirma la escritora”.

Como podríamos darnos cuenta, el tratar de dar respuesta a las preguntas de antaño, independientemente del mundo en el que nos las planteemos, nos daríamos cuenta de una inequívoca semejanza.
El dolor ante la pérdida, el amor de seres allegados, la codicia por el poder absoluto, el temor ante lo desconocido, son cosas que no sólo sirven como un motor eterno en la mecánica pura de la literatura universal, sino que han sido temáticas que aquejan nuestro inconsciente, en cualquier momento de nuestra vida.
Ya sea en una vida donde, por elección propia, el personaje se exprese con amor a sus semejantes, o donde éste mismo se mantiene constantemente alejado de todo, las inquietudes, los conflictos, son algo que nunca nos abandonan, y más que frenarnos…nos impulsan, nos dan enfoque, nos dan propósito, y más que nada, nos transforman con el pasar de los años.
Para muchos pudo haber parecido un inicio lento, pero comprendamos que es parte de una larga secuencia de historias, que poco a poco se ven ligadas. Aunque en mi opinión, al leer el libro, es un trabajo asombroso, porque no sólo mantuvieron la forma de los personajes, sino que su propia esencia.
Y cabe resaltar que la temática de la muerte fue bien lograda en todo momento, insinuando el temor que ésta representaba para algunos, con la obvia implicación de quietud, o a un estado de imperceptible nada. Aunque claro, era de esperarse que Dumbledore, en su ingenio, pudiera contra argumentar esa noción, con una de sus frases más famosas: Para una mente bien organizada, la muerte no es más que la siguiente gran aventura.



HARRY POTTER
 Y LA CÁMARA SECRETA.


“Reptantes voces atraviesan los pasillos del colegio Hogwarts, siendo escuchadas sólo por un estudiante. Harry Potter ha regresado una vez más al mundo de la magia, sólo para enterarse que los llamados impuros y traidores a la sangre se encuentran en peligro mortal, siendo él, al lado de sus inseparables amigos, lo único que se interpone para evitar que una terrible historia de venganza vuelva a repetirse”.

No pude evitar hacerme la pregunta, ¿qué provoca una historia como la de Harry Potter para que resalte por sobre muchas otras?, ¿qué impacto tiene esta trama?, imaginemos, por ejemplo, sagas como lo son Crepúsculo, Percy Jackson y el ladrón del trueno, Cirque du Freak: el aprendiz del vampiro, el aprendiz del hechicero, incluso Súper escuela de héroes (aunque de ésta última, en realidad, sólo hay una película, y los superhéroes aún no me han hecho suficientes traumas psicológicos como para desquitarme con ella), todas ellas cuyos protagonistas son jóvenes y jovencitas, en una etapa de crecimiento difícil: la adolescencia, donde se reconocen responsabilidades, y como también, muchas pasiones despiertan, pero todavía más importante, definimos, hasta cierto punto, hacia dónde nos dirigimos, tanto en la vida, como en la muerte. Eso no quita, y quiero aclararlo, que todo momento sea una oportunidad para cambiarlo todo…sólo como dato.
Pensemos en una saga, con la que ya he profundizado anteriormente, conocida como La casa de la noche, una mezcla un tanto fantástica y divertida para unos, y no mucho para otros, sobre vampiros y magia. Sé que para muchos puede resultar blasfema la mezcla de sangre crepuscular y sangre mágica (mira nada más, ¡existe un Voldemort en todos nosotros!), pero esta me resultó interesante, por no decir especial debido al contexto vivido cuando decidí leer los libros referentes. Una vez hecho eso, me sucedió algo muy divertido con respecto a la novela que nos atañe, Harry Potter y la cámara de los secretos, siendo que en tan solo algunos párrafos del principio de la historia, me abruman con detalles que no salían como tal en la película, y que hacían más creíble y disfrutable el universo que tenía en mis manos. He reiterado que las novelas de la casa de la noche me gustaron no sólo por sus personajes, sino por estos elementos de índole universal que integraba a la trama, algunas situaciones, como también critiqué la belleza un tanto estereotipada que yacía en sus libros, pero he ahí precisamente el punto. ¿Cómo logra J.K Rowling ese impacto en tan solo unos párrafos de historia, que no pudieron lograr P.C y Kristin Cast, al menos en mí, hasta el cuarto libro? Creo que eso sería tanto como tratar de contestar el cómo un bebé sin ningún talento mágico extraordinario lograra derrotar al mago tenebroso más poderoso de todos los tiempos (aunque sabemos que la respuesta, la única, es el amor). Una vez pensado el tema, la casa de la noche, en mi opinión, resulta ser una constante búsqueda sobre el punto medio entre el mundo normal y el mundo divino, ya que para ser sincero, las diferencias no se establecen de manera definida, o en todo caso, no son del todo, correctamente encaminadas.
De Crepúsculo, bueno, mejor ni se diga, ya que la figura del vampiro ilustrada por la escritora Stephenie Meyer, nos habla más de las virtudes que conlleva estos seres, que sus mortíferos defectos, y el impacto que estos tienen en el mundo. Ni siquiera se trata de manera muy seria la cualidad un tanto salvaje, incluso malévola, que estas creaturas podrían poseer, mucho menos el conflicto de relacionarse con la inocente carne y juventud de Bella Swan, siendo esta la representación del fruto prohibido.
Es interesante mencionarlo, pues J.K Rowling expresó no utilizar vampiros en su universo de magia, siendo que el tema estaba ya demasiado explotado, y nunca mejor dicho. ¡Pero vamos! No estamos aquí para comparar, así que dejemos mis cavilaciones, dignas de un adulto solo y alocado, para proseguir con esta historia.
Un año más ha transcurrido, y Harry se prepara para su segundo encuentro con Hogwarts, siendo éste más mortal que el anterior, en un tono más obscurecido, ocasionado no sólo a la introducción de un nuevo maestro para la materia de defensa contra las artes obscuras, como también la noción de duelos entre magos, sino que se nos habla de los propios orígenes de la escuela, lograda por cuatro fundadores, y la cámara de los secretos como el arma final de Salazar Slytherin, para purificar el colegio de aquellos no dignos de estudiar hechicería, refiriéndose más precisamente, a los impuros, vulgarmente llamados sangre sucia, o mejor dicho, aquellos que no poseen un linaje de pura magia.
También podemos apreciar más detalles acerca del mundo mágico, como lo son los Elfos Domésticos, las Acromántulas, el Basilisco, que este último nos conlleva a dar un vistazo al joven Tom Ryddle, mejor conocido como Lord Voldemort, quien retorna a manera de recuerdo dispuesto a cumplir, como él lo cree, su destino de nacimiento. Este es un detalle que, por obvias razones, se mantendrá para más adelante.


Los duelos de magia, como ya se citó, son introducidos en esta película, que de forma creciente, van orquestando la idea general sobre lo que implica un enfrentamiento entre magos. Hay duelos donde el único objetivo es desarmar al oponente, como se indica en el ejercicio realizado en ese momento, pero también, nos lleva a pensar que existen duelos a muerte, realizados con poderosos conjuros. ¿Por qué es necesaria la igualdad de condiciones para medir las fuerzas entre dos adversarios? Por un inequívoco enfrentamiento a uno mismo, ya que la similitud simboliza los aspectos internos en constante choque, y cómo de tales luchas, se transforma el interior.


Es interesante que mencionen ese tipo de cambios, cuando justo al final, estando con Harry, hace una interesante mención de que nuestras decisiones, son las que dicen quiénes somos, mucho más que las propias habilidad, y quizá muchísimo más que nuestros propios orígenes. El ingenio del director Dumbledore, junto con su personalidad tan calmada y amable, consiguieron que se volviera uno de mis personajes predilectos de toda la historia.


Es divertido también notar como un tema nos lleva a otro, siendo que al tocar el tema de las decisiones, es inevitable pensar en otro de mis personajes predilectos, y quizá, uno de los más peligrosos en toda la saga: Tom Marvolo Ryddle. Me encantó cómo planteaban esta lucha de opuestos complementarios de una manera tan fluida, denotando aspectos tan humanos en el propio heredero de la cámara, al igual que sus aspectos más salvajes, cosas con las que fácilmente, muchos, nos veríamos familiarizados.




HARRY POTTER
 Y EL PRISIONERO DE AZKABAN.


“Sangre inocente corre el riesgo de ser derramada, mientras ídolos del ahora se vuelven los demonios del pasado, al tiempo que amo y sirviente deberán reunirse. Harry se enfrenta a nuevas realidades de sus orígenes, y la soledad y tristeza lo envolverán más que nunca, pero sabiéndose no más el pequeño niño de la alacena, podrá encontrar la felicidad incluso en el más obscuro momento”.

Puedo afirmar que en esta ocasión, cinematográficamente hablando, las nuevas aventuras de Harry fueron un deleite, pero hubo una mayor satisfacción en los terrenos literarios, además de que en los viejos tiempos, tuve incontables ratos de diversión con el videojuego oficial para la Playstation II, del prisionero de Azkaban, donde los dementores, no eran los únicos enemigos poderosos a vencer. De todas maneras, fue un proceso muy satisfactorio, porque como en ocasiones anteriores, un año más había volado, y a Harry ya se le notaban los síntomas de su crecimiento, las dudas propias de un adolescente, como también el despertar de la rebeldía, y la firmeza de tomar decisiones difíciles.
Es cierto que el temor nos lleva hacia diferentes caminos, nos lleva a la huida, a la traición, a adoptar diferentes apariencias, y eso lo detecté especialmente con el personaje de Remus Lupin, el nuevo profesor de defensa contra las artes obscuras, siendo sus enseñanzas con el Boggart sobre cómo ante una percepción humana definida, se manifestaba con la forma de mayor temor.


No pude evitar relacionarlo con el miedo que a veces conlleva el crecer, porque aunque la sola idea de avanzar dejando aspectos de ti mismo en el trayecto, es aterradora, aunque tal ideal es infundado por una concepción errónea sobre el crecimiento. “Para una mente bien organizada, la muerte es la siguiente gran aventura”, por lo que no creo que se abandonen aspectos, más bien, se asimilan y se adoptan otros, por lo que te expandes tú mismo. Es cierto que el temor puede llevarte a hacer locuras, y de tal magnitud, que como el beso del dementor terminas siendo un cascarón vacío, a merced de tus temores. ¿No implica eso también, cómo a veces nos sentimos, en un mundo lleno de obscuridad, donde tememos tomar la decisión de ser libres? Nos sentimos tan prisioneros de nosotros mismos, que nos acostumbramos, y perdemos la noción de un mundo nuevo, porque nos aterra abandonar el propio. Pero la felicidad, puede estar, incluso en el más obscuro momento, así dice Dumbledore, porque es cierto cuando nos dice que no debemos olvidar encender la luz, la llama que hay en nosotros. Tales decisiones nos llevan a la libertad, y un ejemplo de ello es Harry: muerto, la verdad muere con él, y vivo tú eres libre. Una esperanzadora perspectiva, digna de un ser solitario con sueños de grandeza, pero bueno, ¿qué se le va a hacer?



HARRY POTTER
 Y EL CÁLIZ DE FUEGO.


“En Hogwarts tiene lugar el histórico evento del torneo de los tres magos, y por maquinaciones del destino, Harry es aceptado para concursar en él. Descabellados desafíos se hacen visibles, pruebas de extrema dureza y peligro, siendo poco a poco superadas sólo para el encuentro máximo: la resurrección del señor tenebroso”.

Probablemente la aventura más extraordinaria de Harry Potter hasta el momento, no sólo por dibujarnos un poquito más de este gran mapa que es el mundo mágico, al integrar detalles como otros colegios de hechicería, las operaciones del ministerio de magia durante la época obscura, y sobre todo, el conocimiento de los maleficios imperdonables.
Tanto en la película como en el libro se pueden notar las influencias históricas propias sobre las tiranías que han asolado el mundo, con una ideología de superioridad racial, no sólo como el nazismo sino también el Ku Kux Klan, de los cuales se inspiraron para hacer los trajes de los mortífagos, los sirvientes de Lord Voldemort. Además, nos permite percatarnos de la naturaleza de estos conjuros imperdonables, enseñados por el, una vez más, nuevo profesor de defensa contra las artes obscuras, y uno de mis personajes predilectos en esta ocasión, el ex-cazador y ministro inconforme Alastor Moody, y la mencionada naturaleza de los maleficios sería, la privación de la libertad, o en todo caso, la privación de vivir.


El torneo de los tres magos, cancelado durante mucho tiempo debido a las diversas muertes que ocasionaba, en esta ocasión decidió hacerse tomando todas las precauciones posibles, y una de ellas era la de no admitir a concursantes menores a los diecisiete años, que en el mundo de la magia, se considera la mayoría de edad. Harry Potter, de manera inesperada, es escogido por el cáliz para participar en las pruebas, pero siendo tan joven, nadie cree que pueda librar tales hazañas sin recibir severos daños.


La primera prueba, el desafío con el dragón Cola-Cuerno Húngaro, resultó un reto desafiante, que sin la asistencia del profesor Alastor, no hubiera tenido la oportunidad de estar preparado, y tener la idea de enfrentar a tan formidable enemigo en el viento. Haciendo uso de su varita, logra invocar su Saeta de Fuego, y así alcanzar su objetivo, el huevo de oro que contenía el acertijo para la siguiente prueba.


La segunda prueba consiste en recuperar algo que le fue arrebatado anteriormente, en este caso, su mejor amigo, Ron Weasley, de las profundidades del lago, donde reside la gente acuática. Con determinación logra superar este aprieto, pasando a la siguiente ronda, acercándose más de ser el reconocido campeón. Y la tercera prueba, consiste en una mezcla de ingenio, audacia, y fortaleza física, donde tienen que cruzar un enorme laberinto con diversos y peligrosos obstáculos, y el primero que llegue a la copa brillante, sería el ganador. Es aquí, en este punto, donde deseo hacer énfasis, siendo que en la jornada del héroe, en su periodo de iniciación, el héroe acostumbra librar pruebas y superar obstáculos, de acuerdo a sus habilidades, pero que si lo va consiguiendo, significa que es una preparación para un reto todavía más peligroso. Pensémoslo como un proceso purificador del héroe, donde este va reconociendo sus límites, sus debilidades, alcanzando nuevas fortalezas para enfrentarse a nuevos enemigos. No es desconocido el camino de las pruebas, tampoco, en el héroe fantástico, de los cuentos de hadas, donde continuamente, se ve lo fantástico al lado de lo terrorífico, un mundo donde habitan héroes, ángeles y dioses al lado de ogros, brujas, demonios, esfinges y una que otra araña gigante. También puede verse en el sentido que el héroe se enfrenta a las fuerzas de la naturaleza, siendo que Harry Potter, hasta cierto punto, lo hace, al hacer frente contra creaturas voladoras, seres acuáticos y entes terrestres, quedando un solo y gran adversario: el mismo, la abrasadora sangre que ahora corría por las venas de su obscuro oponente.


En el momento donde se toca la copa, los ahora campeones Harry Potter y Cedric Diggory, se dan cuenta que se trataba de un traslador, un objeto mágico capaz de desplazar a una o varias personas a la vez, hacia otro lugar determinado en cuestión de segundos, pero el lugar al que habían llegado no era ni de lejos el que esperaban. El cementerio, el lugar donde sólo algunas almas encuentran cierto reposo para sus fatigadas consciencias, mientras que otras vagan eternamente con la intención de permanecer entre los vivos. Así, el fuego del renacimiento ardió una vez más, dándole a comer los elementos necesarios para la resurrección del señor tenebroso: el hueso del padre tomado sin permiso, la carne del sirviente otorgada voluntariamente, y la sangre del enemigo tomada por la fuerza. Voldemort había vuelto a nacer, recuperando con lentitud todas sus fuerzas, enfrentándose cara a cara con el mismísimo Harry Potter. El amo de las tinieblas reveló cómo había perdido antaño sus poderes, cosa que ya había dicho Dumbledore en los inicios de la historia, cuando le dijo al pequeño Potter que su madre se sacrificó para otorgarle la máxima protección. Desgraciadamente, la sangre que corría en las venas del joven mago, ahora corría en las del señor tenebroso, como ya antes cité, dándose un brutal choque de fuerzas, la batalla contra uno mismo. Es increíble cómo el conjuro que lo preparó para la primera prueba en el torneo, fue lo que salvó su vida para tomar el traslador y volver a los terrenos del colegio. El mago obscuro más peligroso de todos los tiempos había renacido, ¿qué sucedería ahora?



HARRY POTTER
 Y LA ORDEN DEL FÉNIX.


“El temor nos nubla la verdad, nos hace negarla, y para todos es preferible ver luces donde sólo existen tinieblas. Todos, excepto uno. Harry Potter es el único que avistó el regreso del señor tenebroso, y por ende, el único capaz de comprender que deben prepararse para su siguiente ataque. La siguiente generación de magos tomará la iniciativa, dispuestos a desafiar al propio señor de la obscuridad, con el objetivo de otorgar un mañana al futuro. Retorna la orden del fénix”.

El ministerio de magia niega el regreso y posibles actividades vinculadas al señor tenebroso y sus antiguos seguidores, por lo poco a poco, el profesor Dumbledore empieza a tener problemas de credibilidad, insinuándose el cómo pretenden destituirlo de su puesto como director. Mientras tanto, Harry Potter, empieza a tener terribles visiones y sensaciones bajo la perspectiva de Lord Voldemort, empezando a creer que existe un vínculo entre ellos más allá que el mero destino, de lo cual, se hablará más adelante.
El señor obscuro desea reconstruir su armada del caos, su ejército de la destrucción, conformado no sólo por hechiceros de la peor calaña sino todo tipo de creaturas sombrías, por lo que la orden del fénix, aquellos que combatieron a Voldemort la primera vez que estuvo en el poder, retornan para tomar cartas en el asunto, y realizar una estratagema para defenderse a ellos y los seres que aman.


Viéndose ignorado, nuestro pequeño elegido decide llamar a algunos de sus allegados, y formar lo que sería, el ejército de Dumbledore, la cual estará integrada por el fiel Ron Weasley, la inteligente Hermione Granger, el nervioso Neville Longbottom, la valiente Ginny Weasley, la distante Cho Chang, los bromistas Fred y George, otros estudiantes variados, pero sobre todo, por la lunática Luna Lovegood, quien se llevó mi eterna gratitud tanto en la película como en el libro, por su perspectiva tan única e inocente sobre las cosas que le rodeaban.


Ya había mencionado, desde los inicios de este proyecto, que hubo cosas que disfruté más en la película que en el libro, y viceversa, y una de ellas, fue la batalla en el departamento de misterios. Con esto no quiero decir, obviamente, que la idea se rompa o se olvide, sino todo lo contrario, ya que a mi único parecer, se mantiene el gran acto de valentía que denota el ejército de Dumbledore, pero debo decir, que el combate que sostiene el ya citado director, con el señor tenebroso, fue bien logrado, obviamente en el libro, como también en la pantalla grande.


Detalles como el choque de fuerzas, la manipulación de objetos, el control de energía mágica y la manifestación de formas elementales fueron detalles en este épico enfrentamiento que me hicieron darme cuenta, porque el hechicero Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore, es el único al cual siempre temió el mago tenebroso, y la satisfacción es mucho más grande, cuando han pasado cuatro películas donde veías al afable hechicero en su andar tan liviano, pensando que el menor viento lo quebraría, ¡¿y cuál?! ¡El viejito era una fiera! “Fue tonto que vinieras esta noche Tom…los aurores ya vienen”. Un momento, en verdad, brillante a más no poder.


También cabe resaltar que la batalla en el departamento de misterios, con la aparición de los aurores, también hace su aparición la hermosa y sádica hechicera, Bellatrix Lestrange, la más fiel seguidora de Lord Voldemort, cuyas frases y comportamiento la hacen de los personajes más disfrutables de toda la saga.


De igual forma, uno de mis momentos preferidos de toda la saga ocurre, precisamente, al final del libro, contrario al final de la película, donde Harry, al sufrir la pérdida de Sirius Black, se rompe totalmente ante Albus Dumbledore, recriminándole las decisiones que ha tomado a costa suya, la presión de no saber lo que sucede en el mundo mágico, pero sobre todo, el haber sentido la pérdida de esta figura paterna durante tanto tiempo, haciendo que su deber se tambaleara, cosa no de extrañarse al saber su conexión con el corrompido Tom Ryddle.
Esto nos permite ver que, más allá de la figura del héroe, estamos tratando con contenidos humanos, y son estos detalles los que provocan que el personaje de Harry me guste, porque precisamente el sufrimiento y la desesperación sentidos, son normales, y permiten seguir estableciendo a la orden del día, mi punto acerca de las semejanzas concluyentes entre el mundo normal y el mundo mágico, y cómo percibimos las diversas pruebas en la vida.


HARRY POTTER
 Y EL MISTERIO DEL PRÍNCIPE.


“Tiempos de locos asolan el mundo mágico, siendo que el poder del señor tenebroso aumenta, y las lealtades cambian de lugar. El miedo se respira en el aire, y ni la risa más sincera puede impedir un estremecimiento por el futuro. Harry Potter, para resolver el misterio que lo vincula al mago de las tinieblas, deberá hundirse en las profundidades del corazón obscuro de Tom Ryddle, y conocer los aterradores secretos que lo llevaron a volverse Lord Voldemort”.

Albus Dumbledore viaja con el joven Potter para reclutar a un viejo profesor antiguo líder de Slytherin, llamado Horace Slughorn, cuyo pasatiempo favorito consiste en reclutar aquellos magos con talento, fuerza, y determinación. Harry Potter poseía todas estas cualidades, y según Dumbledore, era imperioso que ese profesor regresara a Hogwarts. Un nuevo año para todos los estudiantes, todos pendientes ante el retorno de Lord Voldemort, esperando que las defensas del castillo aguantaran los embates de la magia tenebrosa, aunque para el joven Potter, había otras tareas mucho más importantes que el esperar ser atacado: atacar primero.


Él debía tomar algunas clases especiales con el director, con el único objetivo de utilizar el pensadero, y analizar momentos del pasado que envuelven al joven Tom Ryddle, antes y después de haber estado en el colegio Hogwarts de magia y hechicería. En este punto, se descubren los orígenes del propio Voldemort, quienes fueron sus verdaderos padres, como también varias de sus características y habilidades en su tiempo en el orfanato. Cabe mencionar que entre sus cualidades más destacadas, era su independencia, egoísmo, egocentrismo, soledad, pero sin lugar a dudas, su inventiva y talento. “El único que había llegado más lejos que nadie en su camino hacia la inmortalidad”. Ese era el punto: más lejos que nadie. Él no se detuvo ante nada para lograr sus ambiciones, viendo la muerte como una debilidad que había que erradicar de la sangre mágica. Las cualidades que conforman la personalidad del joven Tom, son detalles en los que todo podríamos vernos reflejados, en mayor o menor medida, porque cabe destacar, refiriéndome a un punto de antaño, acerca de su creencia por cumplir una gran misión, que cada quien es el héroe de su propia jornada, y así, Voldemort consideraba, que haciendo esta labor, hacía un gran bien al mundo, nunca creyéndose como algo maquiavélico, sino todo lo contrario: sino como un mesías.
Obviamente, no todos lo veían de esa forma, y uno de ellos, era Draco Malfoy, que ante la labor encomendada por su nuevo maestro, se sentía dividido ante lo que creía su deber como hijo, su labor como mortífago, incluso su convicción como un posible salvador de su familia. Un tema que se tocó especialmente en estos pasajes fue la fragmentación del alma, un tema inherente a la sociedad (suciedad) de hoy en día, al tener conflicto en tomar ciertas decisiones, y cómo estas se vinculan a lo que somos en realidad. No todos somos capaces de tomar decisiones de acuerdo a lo que en verdad queremos, o hacia dónde realmente nos dirigimos, lo cual es un punto de partición por el que todos pasamos, en diversos momentos de nuestra vida. ¿Quién soy? Esa es la eterna pregunta. Y al negarlo, nos herimos a nosotros mismos.


Y tales decisiones, tenemos que tomarlas solos, porque en el rincón más alejado de la tierra, sólo nos tenemos a nosotros mismos. He ahí, cómo la figura paterna muere en nosotros, simbólicamente reflejado en el momento donde Severus Snape, lanza el tercer maleficio imperdonable, el maleficio asesino, hacia Albus Dumbledore, matándolo al momento.



HARRY POTTER
 Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE.


“Hubo aquél que murió por poder; hubo aquél que murió por el amor perdido; y hubo aquél que recibió a la muerte como una vieja amiga. El enfrentamiento contra el señor tenebroso se acerca, y Harry Potter, el niño que vivió, el elegido, irá con la frente en alto hacia el destino que siempre estuvo a su alcance”.

Cumplida finalmente la mayoría de edad, el joven mago se prepara para hacer frente a su destino, yendo a la misión que su antiguo maestro le había encomendado: el rastreo y aniquilación de los horrocruxes, fragmentos del alma de Lord Voldemort. Llevado por sus más cercanos camaradas y miembros de la orden del fénix, se ponen en marcha para transportar al chico hacia un lugar seguro, sacrificando varios aliados en el proceso.


Entre varias situaciones posteriores, y algunas pasiones desenfrenadas, el propio ministerio cae ante el poder del señor tenebroso, liberándose una caza contra cualquier miembro de la orden, al igual, que a todos los magos nacidos de padres muggles y los traidores a la sangre, en una búsqueda terrorífica por la purificación del mundo.


Apenas logrando escapar, logran establecerse en un sitio seguro, esperando que sus demás camaradas se encontraran bien, además de pensar en una estrategia para poder encontrar el resto de los horrocruxes para destruir a Voldemort. Pero no sería nada sencillo, ya que las lealtades vuelan, y el temor hace brotar lo peor de todos nosotros, provocando que las amistades flaqueen y los propósitos se olviden.


En ese punto, se tiene conocimiento sobre las reliquias de la muerte, y la historia de los tres hermanos, uno de los cuentos más famosos del libro “Los cuentos del Beedle el Bardo”. Muchos ya conocen la historia, por lo que no creo necesaria narrarla, siendo evidente el tema sobre el temor a la muerte, y cómo sólo algunos deciden recibirla sin temor. La Varita de Sauco, La piedra de la resurrección, y el Manto de Invisibilidad, conforman las reliquias de la muerte: juntas, convierten a su portador, en el amo de la muerte. Al notar indicios de que las reliquias pueden ser reales, pensó que éstas serían la respuesta para dar fin a los horrocruxes, y por ende, a Voldemort.


Por desgracia, el mago tenebroso, logra apoderarse de la varita de Sauco, por lo que, entre muchas otras circunstancias, se vuelve más imperativo encontrar el resto de los horrocruxes, yendo al propio Hogwarts, donde inicia la batalla final contra las fuerzas obscuras.


Rápidamente entre las llamas del combate, se vuelve a hacer mención sobre las varitas, y cómo son éstas las que eligen al mago, como también su lealtad puede cambiar para el mago que haya desarmado a otro. Voldemort creía que como la Varita de Sauco pertenecía originalmente a Albus Dumbledore, y fue Severus Snape quien lo asesinó, pensó que asesinando a éste, la varita le obedecería completamente. Harry ve a su antiguo profesor de pociones morir, pero luego de eso, conoce la verdadera intención detrás de sus acciones, sabiendo que, desde su infancia, éste había estado enamorado de Lily Evans, la madre de Potter, y que ante el surgimiento del señor tenebroso, y el conocimiento de la profecía, puso su lealtad en Dumbledore con la esperanza de que escondiera a su familia…plan que, por desgracia, no resultó.


Ya a partir de este punto existen muchísimos detalles enriquecedores para el final, tales como el tema de la lealtad frente al temor, representado por Ron Weasley, que a pesar de todo, regresó con sus amigos continuando con la búsqueda por eliminar al terrible enemigo. La gran revelación sobre el personaje de Severus Snape, detalles de su infancia, y el porqué de su actitud frente a Potter durante tantos años, algo que muchos nunca se esperaron, e hicieron adorar al personaje, casi tanto como en el caso de Albus Dumbledore, dándonos a conocer datos turbios de su pasado, como su amistad con el terrible hechicero Gallart Grindenwald, y sus pensamientos sobre convertirse en amos de la muerte para reinar el mundo por el bien mayor. Son estos tipos de giros los que hacen a uno apreciar un trabajo argumentativo excelso, como también, conocer varias facetas de los personajes, dándoles más profundidad a sus intenciones.



También está el extraordinario uso de las varitas mágicas, como representación de estos dones los cuales merecemos, y a veces, cómo son aspectos que deseamos robar de otros. En la incesante búsqueda por el poder, llegamos a anhelar más de lo que ya tenemos, deseamos lo que simplemente no puede ser nuestro, pero creemos que debe ser nuestro por derecho. Casos como éste son muy variados como el de Ti-Long en Kung Fu Panda, Anakin Skywalker en Star Wars, Sylar en la serie Héroes, entre muchos otros.


El choque de fuerzas es liberado, y los aspectos obscuros y luminosos se asimilan, permitiendo la transformación en nosotros mismos. Simbólicamente, la muerte de Voldemort representa, este desvanecimiento de una perspectiva errónea acerca de la muerte, la asimilación del temor irracional con respecto a ésta, y la adopción de un cambio, por ello mismo, Harry Potter vive para atestiguar un nuevo día en su vida. ¡Ah, qué caray! Este ha sido un recorrido muy extenso, pero claro, no esperaba menos, ¡ya que son muchísimos detalles!, y quiero aclarar, que esto es sólo una muy propia e inocente perspectiva. ¿Qué es Harry Potter? Un vistazo a lo oculto, un encuentro con lo extraordinario, un llamado a lo desconocido, una aventura que te sorprende a cada paso, todo lo anterior y mucho más.


Quiero agradecer a todo aquel atento a mis humildes palabras, y espero hayan disfrutado este extenuante recorrido, casi tanto como yo disfruté realizarlo. Mientras más horizontes exploro, más me doy cuenta que me faltan muchos más. Me despido por el momento, pero recuerden, que algún día, volverán a saber de mí. Yo soy Maximilian de Zalce, el Guardián Eterno; agradezco su amable atención.



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Sin más que afirmar, agradezco su amable atención.